Dicen que venimos a la rueda de este mundo a pagar un karma. Algo que quedó pendiente de una vida anterior. Creyendo en este devenir karmático o no, una actriz -Susana Schvartz- viaja en escena a aquella vida que la precedió. Siracusa, Sicilia. Finales del siglo XIX. Una noche de tormenta y frío. Una vieja mujer, a la que todos le llaman Signora Ácida, cuenta sus monedas de oro al lado de una débil chimenea. Es la prestamista del lugar. Avara, dura e intransigente, Ácida advierte que es el día de Santa Lucía de Siracusa, la santa que 50 años atrás le concediera el milagro de recuperar la vista tras un accidente doméstico. Así que, en una noche de “charla” con la estatua de la santa, descubrimos la vida de Ácida, sus rencores y sus secretos. Su rivalidad con la santa y su enfrentamiento con Dios. “Ácida noche” es un espectáculo con humor, agrias anécdotas y sensibles toques al corazón.